Cuenta la historia -sí, la historia, porque ya se me está empezando a notar la ancianidad y puedo recordar mi vida en base a décadas (sin contar siquiera, porque me da dolor y espanto, que voy por el tercer pote de crema antiarrugas para el contorno de ojos, caray!)- ... eh, entonces, cuenta la historia que hace muchos años atrás yo, pequeña criatura ingenua, que creía en hadas, dragones y en la bondad y la inocencia de las personas, pensaba que los psicólogos eran iluminados poseedores de algún tipo de verdad-revelada-shuper-profunda-y-sabia que por pura amabilidad y amor al prójimo transmitían al resto de los humildes y desafortunados mortales. Pensaba que los psicólogos eran algo así como Gandalf modernos, pero sin bastón ni gorro gracioso, que andaban por ahí en onda mística y que, casi casi, podían hacer magia. Linda yo.
Entonces me cambié de la siempre bien pagada Ingeniería -me odio- y llegué a las verdes, aunque ratonas, praderas de la Psicología. Mi abuela, ante el horror de que su nieta adorada se empezara a rodear de tanto hippismo (algo sabe la señora), quiso intervenir como toda vieja pilla trata de intervenir -sobornando con galletitas y amors-, pero yo era insobornable y ya había tomado mi decisión de profundizar en los misterios de la vida... (un minuto de silencio para recordar tanta imbecilidad inocencia). Y llegué el primer día con ojos lacrimosos y pinta de me-estoy-sorprendiendo-con-todo-lo-que-veo-acá, mientras pensaba por fin voy a aprender cosas importantes y no las bobadas que aprendía en Cálculo I. Algo así era yo:
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Hermosa y estúpida |
Pero con lo que me topé fue con -redoble de tambores- psicólogos. De lejos pueden parecer seres interesantes/normales/humanos, pero no hay que dejarse engañar por las apariencias y la cara de bondad. De hecho, no hay que confundirse. He aquí una-para-nada-inventada-definición de la RAE:
Psicólogo: Dícese del animal normópata, campeón lanza consejos en habla difícil para disimular que en verdad no sabe de qué habla, rey del "depende" para evitar mojarse su lindo trasero y desconocedor absoluto del "no sé"/"no lo conozco"/"no lo he leído". Un as para disimular la vanidad amparándose en retruecanos teóricos incomprensibles. Un mago para burlar señoritas y mancebos despistados. Un dios para plantear pomposas preguntas ficticias. En síntesis, todo un encanto.
Tras 5 años en la Escuela de Psicología y otros tantos años más rodeada de ellos, he llegado a la conclusión de que los psicólogos se encuentran - junto a los días lunes, las cláusulas malvadas e incomprensibles de las tarjetas de crédito y la fiebre porcina - dentro del top ten de las plagas infames que nadie se da cuenta que existen pero que ahí están (salvo excepciones, pero que al ser un n tan chico casi no cuentan para la generalización). Hay de varios tipos, algunos inofensivo que son medio lateros de mencionar, y otros infames y malvados. Acá va el recuento para que después no digan que no les avisaron:
Normópatas
Descripción: Todo psicólogo (... no, momento, no lo dije bien) TODO psicólogo (... no, no da)... TODO
psicólogo tiene en su corazón un pequeño, aunque usualmente gran, normópata. Es como un Pepe Grillo, una consciencia segunda, un mini-me malvado y pontificador que toda persona que ingrese a Psicología va a adquirir al pagar sus mensualidades. No hay escapatoria y se pega como los hongos en los baños públicos. Porque después de ser aleccionados con escandalosos términos como fase oral, anal, fálica y genital (¿de veras? ¡¿Qué recontra diablos es eso?!), el manual de psiquiatría completito (que no te deja tener pena o rabia o lata o sueño o hambre o aburrición en paz sin que seas candidato para ser un embutido de antidepresivos, electroshock y/o camisa de fuerza), el control de impulsos (¿qué es eso de impulsos? ¡Como si la gente fuera un cúmulo de alambres pelados que hay que controlar!), el juicio y sentido de realidad (porque obvio que todos estamos súper de acuerdo en cómo son las cosas o en cómo deben ser, somos súper felices y bailamos la ronda de los amigos con amor), el yo fuerte e integrado (respira Anna...) y, el mejor de todos, la adaptación (eficaz mecanismo de control social en que todos están de acuerdo en que si estás en contra mejor te callas); después de ser aleccionado con todas esas genialidades, el resultado obvio es que el encantador proyecto de psicólogo jure y rejure por su madre y por la pelusa de su ombliguito que existe algo así como un ser "normal". Y más importante aún, que ese pelafustán normal es igualito a él.
El normópata cree que las personas son medibles y evaluables según su comportamiento adecuado o inadecuado (insoportable palabra que tiene tufín a Inquisición), que hay un determinado rango entre lo que es aceptable y lo que no, que hay que expresar la opinión sin ser muy directo, pero tampoco muy confuso, con palabras suaves, pero no tanto, que expresen lo que se siente con cuidado si eso no tiene nada que ver con lo que todos creemos sabemos que es lo cierto-sagrado-y-dicho-por-Dios-o-tío-Freud. Cree a pies juntillas que las maravillas de la lactancia están directamente relacionadas en qué tan feliz seas y determinará irrebocablemente cuanto cuco te dé el mundo después, y ay de ti que tus padres te caigan mal (aunque te den motivos de sobra ya que, digámoslo, también existen las madres nefastas y los padres gallina) porque serás un inestable emocional y te comerán los gusanos y no tendrás amigos y todo el mundo te odiará y te irás al infierno.
El normópata siempre tiene un diagnóstico para lo que cree que son tus excentricidades o flaquezas de tu estructura de personalidad-sellada-de-fábrica-si-quieres-cambiar-sonaste-porque-cómo-no-cachaste-que-es-de-fábrica-pobre-de-ti-que-te-hicieron-con-poco-amor. Por ejemplo, si encuentras que eres genial, nones, tienes baja autocrítica; pero si encuentras que en verdad no eres la última chupada del mate entonces tienes baja autoestima (no hay cómo ganar). Si sospechas que los demás son una tropa de idiotas, entonces eres un narcisista maligno (nombre curiosamente similar a personaje de He-Man o de los Power Rangers), y si estás seguro entonces eres psicótico. Si te gusta calentar la sopa tu nombre es histérica y si lo tuyo es armar escándalos, ay de ti criatura de Dios, poco importa si son justificados, serás llamada de estructura limítrofe.
El normópata es una persona "normal", usualmente mujer y usualmente malvada aunque no lo sabe porque se hace la buena. Suelen ser bastante rígidas y no dudan en decirte cómo debe ser tu vida y, con ojo de lince, detectar todo eso que no calza en la shoshiedad. Lo más probable es que sea una mujer encantadora más moralista que tu abuela.
Frase típica: "Eso no es normal" / "Igual es inadecuado".
Hábitat: Empresas de selección de personal, colegios y consultas para niños.
Arma: Tomar el psicoanálisis, darlo vuelta y convertirlo en un código moral.
Recomendación: No hay cura, pero podría ser efectivo descolocarlos con un flato.
Hippies humanishtash
Descripción: Es la caricatura del psicólogo que, no obstante, existe. Cuando son jóvenes son simpáticos niños lana, con ropa sucia y que parece que levitan. Hablan de cosas raras, duermen en cuevas y son los únicos que pueden ver u oír cosas sin ser considerados loquitos por los normópatas. Si son viejos tienen un aura medio patética-busca-un-trabajo-y-deja-de-fumar-pitos, aunque hay algunos que logran ser más estilosos. Los demás los suelen considerar místicos o profundos, pero los ingenieros y abogados los encuentran charlatanes. Creen en el amor y la conexión y las vibras y los chacras y que si tomas fluidos de flores serás feliz y todos los problemas que te tienen angustiado desaparecerán por arte de magia. Para ellos el mundo es místico y ultra cachilupi, tiene muchas dimensiones hermosas y desconocidas. Hablan de lo traspersonal y lo parapersonal y lo mistipersonal y lo súperdúperpersonal. Se creen sabios, liberados o John Lennon y si bien no se meten con nadie desprecian secretamente a las personas no-conectadas-con-su-yo-interno-con-forma-de-mariposa.
Serían hippies simpáticos si no fuera porque con todo su volón-esta-conexión-tiene-pinta-de-ser-LSD apunta a sentir cosas místicas sin cambiar ni un pelo de las circunstancias que te tienen convertido en un gusano miserable.
Frase típica: "Conéctate con tu interior" / "Hermano sol, hermana montaña"
Hábitat: Suelen pulular entre las plantas, el Cajón del Maipo y todo lugar que sea muy natural.
Arma: Su profundidá.
Recomendación: Suelen ser inofensivos, salvo si andan en sectas o si eres un ex adicto a las drogas en rehabilitación. En ese caso, mejor cambia de terapeuta. Si no... quizás también cambia de terapeuta.
Engrupidos
Descripción: insoportables y patéticos gusanillos militantes que serían capaz de asesinar a sus madres por defender la verdad que Dios-pero-que-no-es-Dios-porque-obvio-que-es-más-chic-ser-ateo amablemente les ha revelado. Suelen ser pomposos, arrogantes y se creen súper interesantes mientras hablan en lenguas y se regocijan de que nadie entienda que diantres dicen. Ni ellos mismos, esa es la gracia. No usan palabras, usan conceptos. Odian a los normópatas, pero sin darse cuenta que son igual de fundamentalistas religiosos. Desconocen el sentido común y se sienten perdidos y descorazonados cuando suceden cosas terroríficas como que se queme una ampolleta o se acabe el gas. A algunos les gusta hacer juegos de palabras ingeniosos y se solazan con su propia inteligencia. Otros hablan de la sociedad y la posmodernidad y las maldades del consumo-muere-Paulmann-eres-muy-malo... y también se solazan con su propia inteligencia.
Se creen parte de la elite intelectual francesa y en alguna parte de su corazoncito (porque sí, a diferencia del normópata, el engrupido tiene corazoncito) le gustaría tener los recursos para dejar este país plagado de bestias brutas, hediondas y amantes del fútbol (un engrupido NO puede ni debe entender sobre asuntos tan trogloditas), y hablar en lenguas en algún café parisino, tirar pinta y, ojalá, tener la valentía de usar boina. No pierde ocasión para demostrar que habla francés y si es profesor da a leer a sus alumnos textos no traducidos, que nica se entiende, para hacerse el lindo.
Creen que los demás son estúpidos y malos, y que ellos son una vanguardia lúcida e incomprendida que comprende los misterios de la humanidad, la existencia y la pelusa del ombliguito. Les puede explotar la cabeza si alguien les lleva la contra y son unos verdaderos maestros a la hora de seducir señoritas medio inadaptadas con su blablá sofisticado y cosas raras. Si son psicoanalistas hablan todo el día de la caca, el pene, la vagina y el falo, salvo que su abuelita esté presente porque ahí sí se dan cuenta que, en realidad, han estado hablando puras cochinadas.
Alguna vez fue el más ñoño del curso y creyó que al meter la nariz en los libros estaría a salvo. Cuando se encontró con otros más ñoños como él pensó que podría disimular y ser cool. Pero todos saben que es un ser patético y triste que piensa que es estiloso tratar de "usted" a todo el mundo, incluidos adolescentes pelafustanes y palurdos. Secretamente le gustaría ser tan guapo como el mariscal de campo gringo, para así tirarse a la jefa rubia de las porristas y no a la horrenda intelectual-me-importa-un-comino-tener-bigotes-y-celutitis que duerme a su lado.
Frase típica: "La metáfora de los bordes y el sentido del sin sentido del significante... (bla-bla-blá)"
Arma: Confundir sin decir nada.
Hábitat: Universidades e institutos.
Recomendación: Vomitarles encima.
Pilar Sordo
Descripción: Es tan normópata y malvada que merece descripción aparte. Altamente peligrosa; los monstruos mitológicos le tiene miedo. Algunos dicen que tiene tres cabezas y que escupe fuego y abejas asesinas, pero todavía no está confirmado. Lo que sí se sabe es que se muestra como la psicóloga-mamá-yo-entiendo-lo-que-te-pasa-porque-yo-soy-esa-psicóloga-chora-chora-que-sabe-de-la-vida-y-desembucha-no-más-que-las-penas-hay-que-sacarlas-para-afuera. Cree que se las sabe todas y escribe libros de velador para leer en la playa y sentir un poco de ese calorcito ahí dentro, porque habla del amor y la empatía y la aceptación y todas esas cositas-lindas-que-la-mamá-no-dijo-cuando-era-chica-quiero-llorar-Pili! Se cree rock star y va por ahí dando recomendaciones sin tino y autorizada por un sentido común-conservador-religioso-exacerbado altamente bestia, porque cree que las cosas hay que decirlas y bien de frente sin preguntarse siquiera si no estará diciendo burradas, ni menos -cómo se te ocurre- caer en la falta de respeto. Es capaz de pasar como una aplanadora por encima del resto sin darse cuenta y exigiendo que le den las gracias. El mundo nunca será igual después de sus consejos (tampoco fue igual después de Hiroshima ni de la peste negra).
Acá un botón de muestra... hermoso. Ah! Sólo para valientes y no me hago responsable si les sangran los oídos y mueren.
Notable el "ella está muerta de la risa arriba". Mis respetos a Genoveva. En fin... Acá va otro para terminar de torturarlos.
Arma: Hacerse la mamá-simpática-y-chistosa-soy-una-mujer-moderna-y-digo-chistes-porque-soy-bacán-y-para-nada-chabacana para después clavarte los colmillos hasta que te desangres y mueras como los corderos.
Recomendación: Si hay tiempo, huir despavorido; si no, defenderse con un fusil.
Quedan en el tintero varios otros: los chantas, los emoticones cariñosos, las arpías, pero tal vez será para otra ocasión.
Normópatas
Descripción: Todo psicólogo (... no, momento, no lo dije bien) TODO psicólogo (... no, no da)... TODO
psicólogo tiene en su corazón un pequeño, aunque usualmente gran, normópata. Es como un Pepe Grillo, una consciencia segunda, un mini-me malvado y pontificador que toda persona que ingrese a Psicología va a adquirir al pagar sus mensualidades. No hay escapatoria y se pega como los hongos en los baños públicos. Porque después de ser aleccionados con escandalosos términos como fase oral, anal, fálica y genital (¿de veras? ¡¿Qué recontra diablos es eso?!), el manual de psiquiatría completito (que no te deja tener pena o rabia o lata o sueño o hambre o aburrición en paz sin que seas candidato para ser un embutido de antidepresivos, electroshock y/o camisa de fuerza), el control de impulsos (¿qué es eso de impulsos? ¡Como si la gente fuera un cúmulo de alambres pelados que hay que controlar!), el juicio y sentido de realidad (porque obvio que todos estamos súper de acuerdo en cómo son las cosas o en cómo deben ser, somos súper felices y bailamos la ronda de los amigos con amor), el yo fuerte e integrado (respira Anna...) y, el mejor de todos, la adaptación (eficaz mecanismo de control social en que todos están de acuerdo en que si estás en contra mejor te callas); después de ser aleccionado con todas esas genialidades, el resultado obvio es que el encantador proyecto de psicólogo jure y rejure por su madre y por la pelusa de su ombliguito que existe algo así como un ser "normal". Y más importante aún, que ese pelafustán normal es igualito a él.
El normópata cree que las personas son medibles y evaluables según su comportamiento adecuado o inadecuado (insoportable palabra que tiene tufín a Inquisición), que hay un determinado rango entre lo que es aceptable y lo que no, que hay que expresar la opinión sin ser muy directo, pero tampoco muy confuso, con palabras suaves, pero no tanto, que expresen lo que se siente con cuidado si eso no tiene nada que ver con lo que todos creemos sabemos que es lo cierto-sagrado-y-dicho-por-Dios-o-tío-Freud. Cree a pies juntillas que las maravillas de la lactancia están directamente relacionadas en qué tan feliz seas y determinará irrebocablemente cuanto cuco te dé el mundo después, y ay de ti que tus padres te caigan mal (aunque te den motivos de sobra ya que, digámoslo, también existen las madres nefastas y los padres gallina) porque serás un inestable emocional y te comerán los gusanos y no tendrás amigos y todo el mundo te odiará y te irás al infierno.
El normópata siempre tiene un diagnóstico para lo que cree que son tus excentricidades o flaquezas de tu estructura de personalidad-sellada-de-fábrica-si-quieres-cambiar-sonaste-porque-cómo-no-cachaste-que-es-de-fábrica-pobre-de-ti-que-te-hicieron-con-poco-amor. Por ejemplo, si encuentras que eres genial, nones, tienes baja autocrítica; pero si encuentras que en verdad no eres la última chupada del mate entonces tienes baja autoestima (no hay cómo ganar). Si sospechas que los demás son una tropa de idiotas, entonces eres un narcisista maligno (nombre curiosamente similar a personaje de He-Man o de los Power Rangers), y si estás seguro entonces eres psicótico. Si te gusta calentar la sopa tu nombre es histérica y si lo tuyo es armar escándalos, ay de ti criatura de Dios, poco importa si son justificados, serás llamada de estructura limítrofe.
El normópata es una persona "normal", usualmente mujer y usualmente malvada aunque no lo sabe porque se hace la buena. Suelen ser bastante rígidas y no dudan en decirte cómo debe ser tu vida y, con ojo de lince, detectar todo eso que no calza en la shoshiedad. Lo más probable es que sea una mujer encantadora más moralista que tu abuela.
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Ned Flanders es un malvado normópata, por eso Homero -que es un genio incomprendido- lo odia. |
Frase típica: "Eso no es normal" / "Igual es inadecuado".
Hábitat: Empresas de selección de personal, colegios y consultas para niños.
Arma: Tomar el psicoanálisis, darlo vuelta y convertirlo en un código moral.
Recomendación: No hay cura, pero podría ser efectivo descolocarlos con un flato.
Hippies humanishtash
Descripción: Es la caricatura del psicólogo que, no obstante, existe. Cuando son jóvenes son simpáticos niños lana, con ropa sucia y que parece que levitan. Hablan de cosas raras, duermen en cuevas y son los únicos que pueden ver u oír cosas sin ser considerados loquitos por los normópatas. Si son viejos tienen un aura medio patética-busca-un-trabajo-y-deja-de-fumar-pitos, aunque hay algunos que logran ser más estilosos. Los demás los suelen considerar místicos o profundos, pero los ingenieros y abogados los encuentran charlatanes. Creen en el amor y la conexión y las vibras y los chacras y que si tomas fluidos de flores serás feliz y todos los problemas que te tienen angustiado desaparecerán por arte de magia. Para ellos el mundo es místico y ultra cachilupi, tiene muchas dimensiones hermosas y desconocidas. Hablan de lo traspersonal y lo parapersonal y lo mistipersonal y lo súperdúperpersonal. Se creen sabios, liberados o John Lennon y si bien no se meten con nadie desprecian secretamente a las personas no-conectadas-con-su-yo-interno-con-forma-de-mariposa.
Serían hippies simpáticos si no fuera porque con todo su volón-esta-conexión-tiene-pinta-de-ser-LSD apunta a sentir cosas místicas sin cambiar ni un pelo de las circunstancias que te tienen convertido en un gusano miserable.
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Juro por Freud que esta imagen aparece en Google al poner "hippy sabio" |
Frase típica: "Conéctate con tu interior" / "Hermano sol, hermana montaña"
Hábitat: Suelen pulular entre las plantas, el Cajón del Maipo y todo lugar que sea muy natural.
Arma: Su profundidá.
Recomendación: Suelen ser inofensivos, salvo si andan en sectas o si eres un ex adicto a las drogas en rehabilitación. En ese caso, mejor cambia de terapeuta. Si no... quizás también cambia de terapeuta.
Engrupidos
Descripción: insoportables y patéticos gusanillos militantes que serían capaz de asesinar a sus madres por defender la verdad que Dios-pero-que-no-es-Dios-porque-obvio-que-es-más-chic-ser-ateo amablemente les ha revelado. Suelen ser pomposos, arrogantes y se creen súper interesantes mientras hablan en lenguas y se regocijan de que nadie entienda que diantres dicen. Ni ellos mismos, esa es la gracia. No usan palabras, usan conceptos. Odian a los normópatas, pero sin darse cuenta que son igual de fundamentalistas religiosos. Desconocen el sentido común y se sienten perdidos y descorazonados cuando suceden cosas terroríficas como que se queme una ampolleta o se acabe el gas. A algunos les gusta hacer juegos de palabras ingeniosos y se solazan con su propia inteligencia. Otros hablan de la sociedad y la posmodernidad y las maldades del consumo-muere-Paulmann-eres-muy-malo... y también se solazan con su propia inteligencia.
Se creen parte de la elite intelectual francesa y en alguna parte de su corazoncito (porque sí, a diferencia del normópata, el engrupido tiene corazoncito) le gustaría tener los recursos para dejar este país plagado de bestias brutas, hediondas y amantes del fútbol (un engrupido NO puede ni debe entender sobre asuntos tan trogloditas), y hablar en lenguas en algún café parisino, tirar pinta y, ojalá, tener la valentía de usar boina. No pierde ocasión para demostrar que habla francés y si es profesor da a leer a sus alumnos textos no traducidos, que nica se entiende, para hacerse el lindo.
Creen que los demás son estúpidos y malos, y que ellos son una vanguardia lúcida e incomprendida que comprende los misterios de la humanidad, la existencia y la pelusa del ombliguito. Les puede explotar la cabeza si alguien les lleva la contra y son unos verdaderos maestros a la hora de seducir señoritas medio inadaptadas con su blablá sofisticado y cosas raras. Si son psicoanalistas hablan todo el día de la caca, el pene, la vagina y el falo, salvo que su abuelita esté presente porque ahí sí se dan cuenta que, en realidad, han estado hablando puras cochinadas.
Alguna vez fue el más ñoño del curso y creyó que al meter la nariz en los libros estaría a salvo. Cuando se encontró con otros más ñoños como él pensó que podría disimular y ser cool. Pero todos saben que es un ser patético y triste que piensa que es estiloso tratar de "usted" a todo el mundo, incluidos adolescentes pelafustanes y palurdos. Secretamente le gustaría ser tan guapo como el mariscal de campo gringo, para así tirarse a la jefa rubia de las porristas y no a la horrenda intelectual-me-importa-un-comino-tener-bigotes-y-celutitis que duerme a su lado.
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Imposible distinguir si es hombre o mujer, porque el engrupido pregona a todo pulmón que esas son distinciones arbitrarias. |
Frase típica: "La metáfora de los bordes y el sentido del sin sentido del significante... (bla-bla-blá)"
Arma: Confundir sin decir nada.
Hábitat: Universidades e institutos.
Recomendación: Vomitarles encima.
Pilar Sordo
Descripción: Es tan normópata y malvada que merece descripción aparte. Altamente peligrosa; los monstruos mitológicos le tiene miedo. Algunos dicen que tiene tres cabezas y que escupe fuego y abejas asesinas, pero todavía no está confirmado. Lo que sí se sabe es que se muestra como la psicóloga-mamá-yo-entiendo-lo-que-te-pasa-porque-yo-soy-esa-psicóloga-chora-chora-que-sabe-de-la-vida-y-desembucha-no-más-que-las-penas-hay-que-sacarlas-para-afuera. Cree que se las sabe todas y escribe libros de velador para leer en la playa y sentir un poco de ese calorcito ahí dentro, porque habla del amor y la empatía y la aceptación y todas esas cositas-lindas-que-la-mamá-no-dijo-cuando-era-chica-quiero-llorar-Pili! Se cree rock star y va por ahí dando recomendaciones sin tino y autorizada por un sentido común-conservador-religioso-exacerbado altamente bestia, porque cree que las cosas hay que decirlas y bien de frente sin preguntarse siquiera si no estará diciendo burradas, ni menos -cómo se te ocurre- caer en la falta de respeto. Es capaz de pasar como una aplanadora por encima del resto sin darse cuenta y exigiendo que le den las gracias. El mundo nunca será igual después de sus consejos (tampoco fue igual después de Hiroshima ni de la peste negra).
Acá un botón de muestra... hermoso. Ah! Sólo para valientes y no me hago responsable si les sangran los oídos y mueren.
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Dicen que si uno repite tres veces su nombre frente al espejo, se aparece y te mata con una motosierra. |
Arma: Hacerse la mamá-simpática-y-chistosa-soy-una-mujer-moderna-y-digo-chistes-porque-soy-bacán-y-para-nada-chabacana para después clavarte los colmillos hasta que te desangres y mueras como los corderos.
Recomendación: Si hay tiempo, huir despavorido; si no, defenderse con un fusil.
Quedan en el tintero varios otros: los chantas, los emoticones cariñosos, las arpías, pero tal vez será para otra ocasión.
Genial tu blog Anna O, llegué aca por tu comentario en El Fracaso del Dios... :)
ResponderEliminarQué onda la Pilar Sordo!!!! Siempre me ha cargado ella pero... esto???!!!! me dio como lata-vergüenza-repulsión-miedito!!!!! Definitivamente es el peor especimen de los psicolocos... Saludos! y sigue escribiendo!
Karina
Hola Karina!
EliminarCierto que sí?? Es de lo peor. Yo también soy psicóloga y cada vez que la escucho me dan ganas de escupir el título o esconderme de vergüenza y que nadie me vea la cara por una semana. Me alegra eso sí que a mucha gente también le dé miedito.
Muchas gracias por comentar y demás está decir que eres muy bienvenida por acá :)
Quedamos varios fuera...
ResponderEliminarPuede que haga una segunda parte e incluya a los adorables :)
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